Además de ser una planta clásica dentro de las plantas de interior, es una planta que te va a durar muchísimo tiempo con un poco de cuidado. Entre las plantas para purificar el aire, el Miami es una de las 20 más efectivas.
Hay una gran variedad de tonalidades en esta planta: verde claro, verde oscuro, o con manchas blancas y amarillas.
¿Por qué la amamos? Porque es una planta perfecta para quienes son principiantes en la jardinería o para quienes quieren disfrutar de una planta poco exigente en su hogar.
Su versatilidad es otro de sus encantos: el Miami es capaz de crecer en vertical como trepadora pero también hacia abajo de manera colgante. ¡Favorita como planta decoradora!
Ubicación: Interior con muy buena luz natural (filtrada o directa unas horas al día)
La luz es un elemento clave: el Miami necesita estar en un espacio muy luminoso. No pasa nada si sus dosis de luz llegan de manera filtrada (a través de una cortina, o de otra planta por ejemplo) pero sí es importante que no le falte.

En caso de que no esté recibiendo suficiente luz, la planta perderá las hojas inferiores avisandonos que necesita ser reubicada a un espacio más luminoso. Si esto pasa, solo necesitaremos recortar algunas de las ramas que quedaron sin hojas, introducirlas en agua y dejar que echen raíces.

Riego: Medio
A pesar de tener un origen tropical, esta planta está más que acostumbrada a vivir en escasas condiciones de agua, por lo que su necesidad de riego es baja.
Es una planta sensible al exceso de agua, y puede podrirse si abusamos del riego. En caso de que esto pase, el Miami nos avisará amarilleando sus hojas verdes con pintas crema e, incluso, las puede ir botando. Más que en el riego, el Miami agradece un buen grado de humedad ambiental que podemos suplir atomizando sus hojas con agua.

Con el Miami es preferible quedarse corto que pasarse con el agua. Por eso el mejor truco para saber cuándo regar es cuando la tierra esté seca. Puedes usar un palito o cuchara de madera (reutiliza los del sushi!) e introducirlo en la tierra, teniendo cuidado de no romper las raíces. Si el palito o cuchara sale húmedo, aún no es tiempo de regar la planta, así veas seca la tierra de encima.
Mantenimiento: Sencillo
Para mantener tu plantita feliz debes quitar las hojas secas que puedan aparecer en la parte de abajo, asegurándose que se suelten solas y no tengas que hacer fuerza. También revisa cada 6 meses a 1 año que las raíces no se estén saliendo por debajo de la jardinera ya que, de ser así, es hora de transplantarla a un recipiente más grande.

Una vez al mes limpia sus hojas con un paño suave humedecido con un poco de agua para retirar el polvo y los agentes tóxicos acumulados en ellas. Revisa que no salgan puntos negros, manchas o pelusas blancas, ya que esto es señal de que tu planta tiene una plaga o un habitante indeseado.

Si quieres reproducir el Miami, tan solo deberás de cortar un tallo de alrededor de 15 - 20 cm y ponerlo en un recipiente con agua por algunos días hasta que eche raíces. Ya con las raíces, podrás trasplantarlo a una maceta con tierra. ¡Le puedes poner una varilla para que trepe!